trading psicologiaHoy Josep nos trae una nueva entrada sobre la psicología y bolsa, con los sesgos que todos sufrimos en la toma de nuestras decisiones,de algunos somos más o menos conscientes, pero de otros no, por eso, es muy interesante pararse a verlos, analizarlos, y ver como nos influencian de forma inconsciente. El factor emocional es ese gran desconocido en las inversiones, y que realmente tiene una influencia capital, ya que para ser un inversor de éxito tiene más importancia tener una adecuada predisposición psicológica para invertir, que tener unos grandes conocimientos inversores. Al final, puede haber variaciones, pero si analizaramos las empresas presentes en los inversores de éxito, la lista para sus principales posiciones seguro que no supera las 100. Así que en ese aspecto, podeos discutir sobre el momento de escogerlas, pero no sobre cuales son. Más aún, podemos simplicarlos vía ETF y nos olvidamos de escogerlas, que es lo que recomienda Warren Buffett a su mujer. Os dejo con la entrada sin màs, con estos monográficos, creo que le da de sobras para escribir un libro sobre la psicología y bolsa, el Kostolany ibérico, jeje. Además  tenemos  poca literatura al respecto, al menos en Español.  

Es ingrato darse cuenta de los pecados, y sin reconocerlos no hay redención-

Introducción de sesgos, psicología y bolsa

 Continuando con los errores psicológicos, en este artículo vamos a terminar con las heurísticas de confirmación, es decir, los atajos mentales que provocan la búsqueda inconsciente de la información y los datos que confirman nuestras creencias y forma de pensar previa.

Sesgo de pensamiento defensivo

Es la inclinación a seguir razonamientos que podamos fácilmente defender en lugar de facilitar los óptimos. Apostar por lo supuestamente más justificable y defendible antes que por la mejor opción.

Bastante extendido en ambientes de trabajo, especialmente en organizaciones muy burocrátizadas. Nuestro subconsciente se dirige automáticamente en la dirección de justificar la imagen de nosotros mismos que proyectamos al mundo y las acciones que la acompañan, de esa forma nos vemos inconscientemente impulsados a reforzar ese sentimiento de identidad y a proporcionar explicaciones que lo justifiquen.

En el mundo de la inversión puede manifestarse al apostar por activos solventes y reconocidos en lugar de intentar escoger las mejores opciones en cada momento.

También cuando ya llevamos una acción en cartera el sesgo de pensamiento defensivo puede llevarnos inconscientemente a la justificación de esa elección y podemos desarrollar pensamientos y excusas que respalden nuestra elección, como por ejemplo que más adelante mejoraremos el precio de entrada promediando a la baja o que mientras esperamos que suba iremos cobrando los dividendos, evitando comprobar si existen mejores posibilidades disponibles para desplegar el capital.

Este sesgo afecta el “coste de agencia” de la operativa de algunos fondos de inversión. Una vieja frase de los managers de fondos decía así : “siempre se pueden comprar unas GE o unas IBM, nadie nos va a echar por eso”.

Sesgo de retrospectiva (“hindsight bias”)

El célebre “lo sabía…”. Nos gusta pensar que acertamos en nuestros razonamientos y predicciones a posteriori de que haya ocurrido un evento, infravalorando la suerte y otros factores determinantes en el suceso.

psicología y bolsa

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La aleatoriedad tiene gran papel en entornos inciertos, probablemente podríamos encontrar muchas más veces en las que no sabíamos que iba a ocurrir algo respecto a las que sí creíamos saberlo. E incluso aunque hubiésemos acertado a menudo, podría haber sido por causas ajenas a nuestra capacidad predictiva que no tuvimos en cuenta.

Los hechos son los hechos, si “lo sabíamos” antes o no, es irrelevante a posteriori. El problema viene a que al estar inclinados a aceptar nuestro acierto, tenemos una visión sesgada sobre lo buena que fue nuestra forma de pensar, y eso nos predispone a creer que tal vez también seremos capaces de acertar la próxima vez.

Sesgo de auto-atribución (“self-serving bias”)

Tendencia a pensar y confirmar que lo bueno que nos ocurre se debe a nosotros y que lo malo es culpa de otros. Es parecido al anterior sesgo de retrospectiva, si bien este hace más referencia a las habilidades y aptitudes personales en vez de a la capacidad predictiva.

Conductores de volvos.

En un extenso estudio hecho en Suecia, se descubrió que cerca del 90% de los propietarios de automóviles se consideraban seguros y eficientes conductores, describiendo sus habilidades al volante como por encima de la media.

Similares estudios se repitieron en otros países con resultados idénticos.

Por supuesto que el 90% de la población no puede estar por encima de la media. Por cierto, estadísticamente los mejores conductores son… ¡Las mujeres! Pues sí, sirva de homenaje a todas las que leen estos blogs. Tenéis que pasaros más, que nos sentimos muy solos en estos berenjenales 🙂

Nos encanta pensar que nuestros éxitos se deben a nosotros y a nuestra habilidad en vez de pensar que tal vez sólo tuvimos suerte o que nos ayudó alguien de forma determinante. De la misma manera nos es fácil pensar que cuando nos ocurre algo malo es más debido a circunstancias adversas que a posibles errores nuestros. A toro pasado intentamos relativizar para que los errores sean más aceptables. Sin querer, podemos caer en la auto-justificación evitando ser del todo objetivos al valorar nuestros actos.

psicología del inversor

 

Contrariamente, si pensamos que el error es nuestro, a pesar de que hayan podido influir otros factores, podemos caer en el otro extremo y flagelarnos por ello (sesgo de remordimiento).

 

Sesgo de ilusión de control

Predisposición a hacer cosas que confirmen y nos hagan sentir que tenemos la situación bajo control.

En la vida cotidiana y más en el mundo de la bolsa, pocas veces es exactamente así. Y por supuesto si lo fuese, probablemente sería una vida más aburrida.

El estilo y estado emocional tiene gran repercusión sobre este sesgo de ilusión de control como lo demuestran muchos estudios sobre el comportamiento de inversores :

Por un lado, la gente que es por naturaleza optimista y valiente que se encuentra en un estado de ánimo positivo tiene mucha mayor percepción de control, lo que les impulsa a infravalorar riesgos.

Por otro lado, la gente más pesimista y cobarde en estado emocional más negativo, suele tener una percepción distorsionada de las cosas y a caer habitualmente en el miedo, y puesto que el factor decisivo en el miedo es la menguada percepción de control, cuando hay miedo se distorsiona el sentimiento sobre nuestra habilidad para controlar la situación y también los riesgos asociados a ella, incrementándose la aversión a la pérdida y disminuyendo la tolerancia al riesgo. A consecuencia de ello, puede verse afectada nuestra resiliencia, que es la capacidad para sobreponerse a los contratiempos. Es la respuesta de muchos inversores cuando salen escaldados de la bolsa…”Jamás volveré a meterme en esto” suelen decir, hasta que se recuperan.

 

Sesgo de sobre-confianza (“overconfidence bias”)

Creer que nuestras tesis y argumentos sobre un tema que pensamos conocer son las correctas, descartando otras opiniones y hechos. Creer que sabemos más de lo que en realidad sabemos. Muy relacionado con el anterior sesgo de auto-atribución.

 

Los expertos analistas.

El profesor Philip Tetlock en su libro “superforecasting” (#recomendado) describe numerosos estudios en diferentes campos que demuestran que los pronosticadores expertos que más seguros de si mismos están obtienen peores resultados en sus predicciones que los que se limitan a analizar los hechos con honestidad extrayendo conclusiones basadas en ellos para después contrastarlas con puntos de vista diferentes.

En un estudio sobre la caída de la antigua URSS, ninguno de los afamados asesores políticos de la casa blanca especialistas en Rusia acertó en las consecuencias de la caída de Gorbachov y la subsiguiente subida al poder de Boris Yeltsin. Todos dieron como más probables sucesores a gerifaltes del partido comunista y del ejército rojo, mientras que sí lo anticiparon un grupo de estudiantes de relaciones internacionales que simplemente se dedicaron a evaluar y discutir los posibles escenarios.

En la bolsa, el número de grandes expertos que se creían infalibles y se han arruinado es incontable. Tal como vimos en el artículo sobre las heurísticas de representatividad, el índice de aciertos de los analistas financieros es del 54% de media, casi como tirar una moneda al aire. El índice de aciertos de los mejores analistas es del 70% y sólo representan una quinta parte de todos ellos. El pequeño inversor debe tener en cuenta que no va a acertar más que los mejores, y eso significa estar preparado para asumir pérdidas al menos 3 de cada 10 años, y eso teniendo suerte.

Tal vez el ejemplo más sangrante del sesgo de sobre-confianza es el del fondo de inversión LTCM Long Term Capital Management, que en su momento álgido fue uno de los mayores del mundo. El fondo tenía un récord impresionante y entre sus filas contaban con 2 premios Nobel de economía, doctorados de Harvard y el MIT, además de expertos programadores que se encargaban de desarrollar algoritmos imbatibles. Cuando la crisis de la deuda rusa en 1998, LTCM tenía una elevada exposición apalancada a ese mercado, y a pesar de tener coberturas para una cierta caída de los bonos rusos, simplemente no habían contemplado la posibilidad de default de ese país y las consecuencias para sus inversiones, a pesar de los sucesivos indicios del deterioro de su economía. En pocas semanas se evaporaron $4B y finalmente fueron forzados a declarase en bancarrota y ser rescatados por las autoridades monetarias.

Buffett comentó en su momento respecto a la sala de juntas de este fondo que difícilmente podría encontrarse una habitación dónde tanto cociente intelectual por metro cuadrado fuese capaz de asumir tanto riesgo con el dinero de otros.

 

Sesgo de sobre-optimismo (“overoptimism bias”)

Sobre-valorar las probabilidades de efectos deseados e infravalorar las de efectos indeseados. Tendencia a pensar que todo va a salir bien.

La Paradoja de Stockdale.

Jim Collins en su libro “Good to Great” describe la experiencia del almirante Stockdale mientras era prisionero en la guerra del Vietnam. Cuando fue preguntado por quienes no sobrevivieron al cautiverio, su respuesta fue tajante : ¡Los optimistas!

Esos eran los prisioneros americanos de guerra que rehusaban aceptar la realidad de los campos de concentración vietcongs creyendo que en breve serían rescatados o liberados. A medida que su estancia como prisioneros de guerra se dilataba, muchos se derrumbaban víctimas de la auto-lamentación y la desesperación. Según Stockdale, lo que separa a los que perseveran hasta el final del resto no es la presencia o ausencia de adversidades, sino cómo se enfrenta uno a las rachas de mala fortuna que aparecen en la vida. Un optimismo recalcitrante que se evade de la realidad puede llevar a la desesperación.

La analogía del prisionero de guerra con el inversor, a pesar de no estar temiendo por su vida ni verse privado de las comodidades básicas, lleva a pensar que al enfrentarse a la amenaza abstracta y opaca de los mercados en la preservación y crecimiento de su capital, la realidad debe aceptarse para sobrevivir.

El padre ideológico del value investing, Ben Graham, cuenta en sus memorias que durante el crack del 29 sólo “sobrevivió” uno de cada 100 inversores, y los que lo hicieron fue porque ya en 1925 se dieron cuenta de que el mercado estaba sobre-valorado. El Dow Jones siguió subiendo durante 4 años más. El mismo, incluso siendo consciente de las infladas cotizaciones, falló en tomar todas las medidas adecuadas, y aunque sobrevivió, su cartera pasó de $2.500.000 a $375.000 en 1932 en plena depresión.

Si bien un cierto grado de optimismo es bueno en la vida siempre que emane de la actitud adecuada, en la inversión me atrevería a decir que tiene poca cabida. La única forma de protegerse contra acontecimientos indeseados es el realismo.

Para eso hay que imaginar tanto las consecuencias positivas de nuestras acciones como las negativas antes de sopesarlas y decidir el curso adecuado. Lo mismo que el buen navegante debe ajustar el velamen y los aparejos según encara las variables condiciones meteorológicas si quiere llegar a buen puerto.

Los atletas antes de la competición visualizan tanto grandes performances como dificultades y cómo superarlas, cosa que se podría aplicar a otros campos. ¿Qué pasaría con esta inversión si ocurren tal o cual cosa? ¿Qué pasaría si tuviésemos que reconstruir la cartera desde 0?

Sesgo de proyección

Proyectar emociones y sentimientos. Pensar que otros sentirán lo mismo que nosotros respecto a un determinado evento o situación.

También puede aplicarse en primera persona, respecto a  pensar que sentiremos lo mismo en el futuro que lo que sentimos en el pasado en parecidas circunstancias, y esas circunstancias, ya sean personales o externas, pueden variar.

Según diversos estudios en US, este sesgo es la razón principal por la cual el 88% de la gente falla en la consecución de los famosos propósitos de año nuevo como ponerse a dieta, hacer más ejercicio, o ahorrar más. Veamos como funciona : cuando se toma una resolución, hay una tendencia a infravalorar cómo nos hará sentir esa decisión en el futuro y las consecuencias que acarreará. Proyectamos nuestra convicción al futuro desde un estado presente reforzado por los sesgos de sobre-confianza y sobre-optimismo, pero no podemos anticipar cómo nos sentiremos dentro de unos meses sobre la resolución tomada, ni cómo nos afectará realmente, ni cómo de fuerte seguirá siendo nuestra disciplina para seguirla.

Los sentimientos cambian a lo largo de la vida, la percepción del riesgo y la aversión a la pérdida también es dinámica y evoluciona con nuestro estado psicológico-emocional y las circunstancias, personales y externas. Si en un momento dado estamos estresados, acabamos de contratar una hipoteca, y tenemos la cartera en rojo, las emociones que sentiremos y la tolerancia al riesgo variarán mucho de si estamos tranquilos y sin deudas. El estado mental y emocional en un preciso momento presente será diferente en otro instante del futuro, lo mismo que fue diferente en otro instante del pasado.

Al comprar una acción es muy posible que nos sintamos primero muy bien al respecto para cambiar de opinión y sentimientos más adelante. Y no sólo eso, al otro lado, el que haya decidido venderla es probable que tenga una percepción y sentimientos muy diferentes de los nuestros, puede que opuestos. Intentar entender, dentro de lo posible, por qué alguien quiere vender mientras que nosotros queremos comprar puede ser útil, ya que uno de los dos está sin duda equivocado.

Sumario y antídotos

 En las heurísticas de confirmación, la modulación más efectiva se produce mediante la comprobación a través de una lista de cuántas nos afectan y el repaso de la situación desde varios ángulos. Recordar que varios tipos de sesgos pueden estar presentes en una situación determinada, eso es mucho más corriente que las situaciones dónde sólo aparece uno.

Albert Einstein, que mientras trabajaba como funcionario en la oficina de patentes de Berna, Suiza, iba desarrollando sus postulados en física, cuando tuvo la teoría de la relatividad lista la dejó en un cajón durante 2 años hasta estar seguro de que no encontraba pruebas y contra-argumentos de peso que la invalidasen.

Ya que no pretendemos cambiar la humanidad ni descubrir la pólvora, al menos yo seguro que no, la mejor lección que puede extraerse de las heurísticas de confirmación es :

  1. Intentar no engañarse a sí mismo.
  2. Uno mismo es la persona más fácil de engañar.

Tener en el radar estos “atajos mentales” debería al menos bastar para verificar si nos están y/o nos estamos contando alguna posible mentira. Eso espero, y eso hacen muchos grandes inversores. Siempre se puede aprender algo de ellos.

El conocimiento no se traduce automáticamente en sabia actitud, y sin lo primero, no se puede obtener  lo segundo.

 

SESGO ANTI-SESGO
Heurísticas de confirmación Invertir razonamientos. Plantear tanto argumentos refutatorios como confirmatorios. Objetividad.
      –Sesgo de pensamiento

      defensivo.

Preguntarse ¿Cuál es la mejor opción? Independientemente de la más defendible y justificable.
     –Sesgo de retrospectiva Llevar un diario. Apuntar en una libreta un resumen de nuestras tesis y razonamientos junto con el estado psicológico-emocional en el que nos encontrábamos al formularlas.
     –Sesgo de auto-atribución Sentido de la justicia, humildad. No todo lo bueno que nos ocurrirá será gracias a nuestras habilidades ni todo lo malo será culpa de las circunstancias. En la vida nos van a pasar cosas buenas y malas, mejor contar con eso y el factor X.
      –Sesgo de ilusión de

      control

Aceptar que siempre habrá una parte de caos y azar.
     –Sesgo de sobre-confianza Evitar que el ego se interponga en nuestro camino. Se puede aprender algo de todo el mundo. Dudar de los “expertos” demasiado seguros de sí mismos.
     –Sesgo de sobre-optimismo Prudencia y realismo.
     -Sesgo de proyección Los sentimientos difieren y son dinámicos.

 

Fuentes : “Pensar rápido, pensar despacio” Daniel Kahneman. “Predictably irrational” Dan Ariely. “Misbehaving : The making of behavioral economics” Richard Thaler. “Influence” Robert Cialdini. “The success equation” Michael Mauboussin. “The psicology of human

Buenos Beneficios

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10 Comentarios

  1. Gran entrada. La psicología es extraordinariamente importante en cualquier aspecto de la vida y la inversión no es una excepción.

    Recomiendo leer los libros que Josep cita como fuentes de información.

    Gracias y un saludo.

    • Josep

      Supones bien, una de las webs de referencia de value investing y análisis de empresas, y más ahora que lancastergate se ha «retirado» por sus obligaciones laborales

      un abrazo

      • Hola Finanzasmanía,

        Coincido 100%, si señor.

        Por cierto, muchas gracias por tu presentación. Con que el Kostolay español eh!? Jajaja, ya me gustaría! Pero vamos, que me has calado totalmente. Mira qué joyas aparecieron el otro día en el fondo de mi biblioteca… Pobrecitas, algo amarillentas ya :
        -El fabuloso mundo del dinero y la bolsa.
        -¿…Y qué hace el dólar? En el laberinto de la especulación con divisas.
        -Estrategia bursátil. La mejor guía para inversores y especuladores.

        ¿A ver si adivinas el autor? XD

        Salu2 Cordiales

        • Hola Josep, no esperaba menos, xd

          El segundo no me lo he leído, lo recomiendas?

          Aunque será para más adelante, ya tengo 3 libros que me tengo que leer en agosto si o si, porque en septiembre los devuelvo

          Un abrazo

        • Perlas de difícil traslación hoy en día, era a finales de la época Reagan con los tipos por las nubes. Algo no ha cambiado, el veía al oro como a una especie de divisa paralela.

  2. Supongo que lo mejor para evitar los sesgos es tener algún sistema de inversión sistemática basada en los parámetros que consideremos oportunos, y que dicho sistema no incluya sólo el cuándo sino también el cuánto, y el cómo, y la diversificación por productos, sectores, divisas, etc. Y por su puesto tener una lista de la compra, y quizás, una pequeña lista de la venta.
    Esto es una de mis tareas pendientes, fijar esta hoja de ruta bien, y eliminar así parte del factor psicológico, entre otros.
    Un abrazo

    • Hola Mucho Invertir,

      Gracias por acercarte y comentar. Es asimismo mi asignatura pendiente, encontrar algún método o proceso que pueda evitar los errores psicilógicos. La indexación y el DCA puede ser uno, pero también conocemos que no es la forma óptima de invertir, con lo cual y aún a sabiendas de que podemos estar engañándonos, debemos intentarlo.
      Algunos inversores antes decidir llevan una checklist de compmrobación, otros se ponen un día totalmente bullish y al otro totalmente bearish (estilo Berkshire) y según quien gane deciden. Algunos fondos value tienen a 3 personas con una que escucha los argumentos contrarios y decisión por votación final.

      Salu2 Cordiales

      • Pues la verdad es que creo que es la clave, tener un método que nos guía y nos aisle de emociones y sesgos

        Idealmente sería lo que comenta Josep de Berkshire, poder discutir la inversión y contrastar ideas (podría haber tenido el éxito que ha tenido buffett sin la existencia de munger? lo dudo)

        El gran enemigo del inversor es o bien su ego en un extremo, o en el contrario, su falta de él y copiar al resto

        Un abrazo

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