Parece una obviedad, dado que al final, el objetivo de cualquier actividad económica es generar riqueza, es decir, tener una rentabilidad positiva, ganar dinero vamos. Pero partiendo de esa máxima del capitalismo, si el objetivo únicamente es ese, se genera un problema, que es la indefinición. Indefinición en el sentido que el resultado se convierte en el objetivo, y no la forma de conseguirlo. Es decir, nos da igual cómo ganar dinero, lo que queremos es ganar el máximo dinero posible en el menor tiempo posible, vamos la típica cultura del pelotazo. Sin un plan definido, seremos presas fáciles para las manos fuertes del mercado. 
Ya no hablamos de gente analfabeta desde un punto de vista financiero me refiero, hablamos de gente que supuestamente tiene formación en el ámbito, yo mismo fui presa de esas manos fuertes hace años, en 2006-2007, cuando todo era alcista, y me aventuré en operaciones con warrants y similares, obviamente salí trasquilado, mucho menos de lo que podría haber sido, pero al final, esas experiencias te alejan de los mercados.

Por eso, tener un objetivo, te obligará a generar un plan de ruta, un plan de negocio para entendernos, que te dará las pautas a seguir en los casos en los que el ruido del mercado nos llene de euforia o de miedo, según sea el caso. Esa hoja de ruta debe llevar nuestro barco a destino, y ese destino es la clave. En mi caso, como supongo que el de muchos, el objetivo es la famosa independencia financiera.  La independencia financiera para cada persona será un objetivo diferente, en función de su nivel de vida, y de sus particularidades (hijos, residencia, dependientes, etc).
Seguro que hay gente que con 1.000e al mes tiene de sobra para vivir, se va a vivir al campo, tiene su propia comida, otros se pueden plantear irse a vivir a Asia, dónde el nivel de vida es muy inferior. En cambio otros querrán vivir en Madrid-Barcelona, por tanto, ese objetivo de inversión es personal, y al final, en función de los lejano o cercano, o de lo ambicioso del mismo, condicionará nuestra estrategia de inversión.
Pero sea cual sea el tuyo, haz tu propia reflexión, y antes de empezar a operar ten claro a dónde quieres llegar, y cada operación que hagas tendría que ser coherente con ello.
Al final, si tenemos un objetivo que realmente nos ilusiona, eso nos facilitará en gran medida tener la motivación e ilusiones necesarias para no desviarnos de él, y superar las dificultades y las equivocaciones que seguro vamos a ir encontrando en nuestro camino.

El decálogo completo aquí

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