El clima empresarial es coherente con esta situación de crecimiento que, siendo moderado, gana en solidez. Así, los índices de sentimiento empresarial del Institute of Supply Management (ISM) de manufacturas y de servicios siguieron mejorando, pero sin alejarse en exceso de la referencia de los 50 puntos. Así, los niveles de 53,9 puntos en manufacturas y 56,2 en servicios, respectivamente, son propios de crecimientos relativamente modestos, cercanos al 2,5%.
La producción industrial, que en diciembre cobró cierto empuje, está teniendo una recuperación discreta, algo más robusta que la del periodo 2002-2007 pero muy por debajo de las expansiones de los años noventa. Con perfil parecido, la utilización de la capacidad productiva siguió mejorando hasta el 78,1% lo que, empero, evidencia que todavía hay una gran cantidad de recursos ociosos.
El precio de la vivienda tantea el fondo pero la recuperación esperará hasta 2013. La sobreoferta que todavía aqueja al mercado de la vivienda le impide recoger esta incipiente mejora del mercado laboral. El precio de los inmuebles está rozando el fondo. La relación entre el precio de la vivienda y los ingresos familiares medianos muestra una vuelta a la normalidad, lo que significa que los precios de los inmuebles pueden ser considerados razonables. Sin embargo, una cosa es estar cerca de tocar fondo y otra muy distinta, abandonar ese fondo. La sobreoferta y las condiciones crediticias impiden la recuperación.
El índice Case-Shiller de viviendas de segunda mano de octubre siguió goteando a la baja, mientras que la iniciación de viviendas de diciembre, en niveles inferiores a la mitad del promedio del periodo 1995-2000, previo a la burbuja, decepcionó con un retroceso respecto a noviembre. Aun de darse una continuidad en la reducción de la tasa de paro a lo largo de 2012, que debería redundar a la larga en una reducción de la morosidad y, por ende, de la sobreoferta de viviendas, será difícil que se vean signos de mejora en el sector antes de 2013.
El IPC subió un 3,0%, y el subyacente un 2,2%, pero la tendencia de 2012 será de moderación. La inflación, por su parte, sigue con una suave tendencia de descenso por la persistente baja utilización de los recursos productivos. Esta tendencia debería acentuarse en los próximos meses por efectos de base en el precio del petróleo que, de mantenerse en los niveles actuales, pasará de incrementos interanuales del 28,0% y del 16,9% en noviembre y diciembre de 2011, respectivamente, a un descenso cercano al 5% en marzo de 2012. Esto debería traducirse en una moderación del avance del índice de precios al consumo (IPC). El proceso ya ha empezado, con un IPC de diciembre que subió un 3,0%, comparado con el 3,4% de noviembre.
El IPC subyacente, que excluye los precios energéticos y los de alimentación, subió un continuista 2,2% interanual. Pero también aquí la tendencia es a la baja, con el agotamiento del tirón de los alquileres imputados y el final del repunte de los bienes duraderos a causa de los efectos del tsunami japonés. Todo ello deja espacio para nuevas políticas expansivas por parte de la Reserva Federal en caso de un deterioro del crecimiento de la demanda.
En el sector exterior, se interrumpe la corrección del desequilibrio comercial a causa de la desaceleración de la demanda global. La balanza comercial de bienes y servicios de noviembre fue de 47.752 millones de dólares, un 10,4% por encima de la estadística de octubre. La razón del deterioro se debió principalmente al retroceso de las exportaciones, que bajaron por segundo mes consecutivo.
La debilidad de la demanda global hará que la contribución del sector exterior al crecimiento en 2012 sea negativa, o nula en el mejor de los casos. El crecimiento deberá, pues, basarse en la demanda interna, que buscará apoyos en la confirmación de la recuperación del empleo
Fuente: S.E. Lacaixa


