Hoy la entrada no va a tener mucho que ver con los mercados, pero si con la vida y nuestros objetivos, lo que os comentaba de tener un plan y poder ser independiente y autosufuciente, ese es el objetivo último.

La palabra conciliación ha desaparecido del día a día, nadie se acuerda de ella, qué tiempos aquellos en las que todo el mundo hablaba de ella. Por ejemplo en 2013 el diario publico ya hablaba de este hecho.
Desde que estamos en crisis, ya nadie se acuerda de las propuestas de conciliación que se lanzaron desde el gobierno de Zapatero,  enfocando el hecho como un beneficio par ala igualdad de la mujer, con planes de racionalización horarios, con propuestas que iban desde cambiar la hora para ajustarnos al modelo europeo hasta fomentar la jornada intensiva desde la administración o incluso potenciar el avance del prime time en televisión. En los momentos de vacas gordas, dónde no tenemos problemas para cubrir nuestras necesidades básicas, nos preocupamos de otros aspectos para intentar mejorar nuestras condiciones de vida.

De hecho el PP proponía que los colegios ampliaran su horario para facilitar la conciliación. El mundo alrevés, en lugar de que las empresas y administraciones compacten su horario, es el colegio el que debe ampliarlo para que los padres puedan trabajar más.

Habían estudios en los  que los candidatos valoraban tanto o más lo que se llamaba salario emocional como las condiciones puramente de trabajo y salario. El horario y la posibilidad de conciliación era uno de los aspectos más valorados, la máxima era trabajar para vivir.  Y es lógico, porque a partir de cierto nivel salarial que cubra nuestras necesidades básicas más un margen, seguramente todos valoramos más poder disfrutar de lo ganado con actividades familiares/ocio que ganar un 10% más a cambio de renunciar a ello.
Leíamos no hace mucho en el país , lo que todos ya sabemos, que los empleados felices rendimos más, y que al final la relación empresa empleado para que funcione debe basarse en la mutua confianza.  Un experto en organización de empresas decía en la contra de la vanguardia, que sino confías en el empleado, es mejor que lo despidas. Porque al final, la desconfianza mutua lo único que trae es que ambas partes quieran dar el mínimo a la otra, y eso al final es un mal común. Porque al final, detrás de los números hay personas, y su mayor activo son sus empleados. Las empresas líderes son aquellas que gestionan el talento interno como una ventaja competitiva, y no se considera las ideas internas como terrorismo interno que amenaza el status quo de la organización.
En mi ámbito, el financiero, es teóricamente uno de los privilegiados que tiene un horario intensivo en muchos casos, y digo teóricamente porque la realidad es otra muy distinta. Un porcentaje muy elevado, cada vez más, hace horarios muy alejados del intensivo.  Desde otros ámbitos esto no se entiende, pero al final la cultura de la organización lo impone, o lo aceptas, o mueres en ella.
La evolución natural antes era que se ascendía relativamente rápido aspirando a un salario confortable con relativa facilidad, y sin muchos excesos a nivel horario. Alcanzado cierto nivel, podías ceñirte a hacer tu trabajo con el horario teórico, o bien si querías seguir creciendo ya tenías que formar parte del horario flexible a voluntad (con compensaciones). Hoy en día la situación ha cambiado.
Para la gente joven la situación ha cambiado, ahora se tienen a muchos empleados externos, bien por ETT o bien mediante subcontrata, haciendo el mismo trabajo que empleados de la misma entidad, cobrando hasta 10 veces menos. Por tanto la zanahoria ya en este caso es incorporarlo a la plantilla al nivel salarial más bajo y para ascender mínimamente debe mantener las condiciones laborales que tenía en la empresa externa. 

El siguiente nivel generacional, hablamos de 30-40 años, ahora no tiene la opción de escoger renunciar a cierta progresión salarias en beneficio de su vida familiar, la única opción es convertirse a la relegión del presentismo.

El empleado que no acepta el nuevo status quo es “tóxicos”, un mal ejemplo para los nuevos fichajes que sustituyen a los que se van jubilando. Cualquier jefe que se precie quiere salir de sus despacho a las 9 de la noche y regocijarse con ver a todo su equipo en sus puestos de trabajo. Por ello, hará lo posible por deshacerse de aquellos que no practiquen la nueva religión. 

Obviamente hay gente en mucha peor situación, pero al final simplemente hablamos de tendencia, y el mal de mucho no es consuelo para nadie.En lugar de igualar al alza, estamos igualando a la baja.

Lamentablemente no creo que sea un caso aislado, y la tendencia a medio plazo será equiparar condiciones de trabajo entre países, en nuestro caso a la baja, y en otros (Asia) al alza.

 

Es por eso, que la independencia financiera es nuestra arma para poder mantener la libertad. Y la libertad es poder decir no sin temer las consecuencias. 

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